miércoles, 20 de enero de 2010

Un poco de historia


Antonio Machado Álvarez fue el primero que, a finales del siglo XIX, empezó a observar con atención la música procedente de Andalucía. Descubrió que existía una especie musical particular a la que llamó el “cante gitano” Sus estudios demostraron que descendía de la “oscura esfera”. Los cantes se practicaban en tabernas, durante las reuniones familiares y de amigos. Pronto resultó que este “cante gitano” era una interpretación de la música andaluza ejecutada por los gitanos, lo afirmaban los nombres de las canciones populares: tonás, seguiriyas, romances, cañas y polos.

El primer cantaor de nombre conocido, el Tío Luis el de la Juliana, así como los otros pioneros: el Tío Luis El Cautivo, el Fillo o el Planeto, empezaron su obra alrededor del año 1780. Los estudios de Álvarez indicaron que el “cante gitano” no era el único género musical que existía en estos tiempos en la zona de Andalucía: simultáneamente se desarrollaba otra música popular llamada el “cante andaluz”. Con el tiempo, los dos géneros se unificaron, dándole denominación al cante flamenco.

Hacia el año 1850, en grandes ciudades de Andalucía, como: Cádiz, Málaga, Sevilla o Jerez, empezaron a aparecer los “cafés cantantes” donde, desde pequeños escenarios, el flamenco se acercaba al público. Con el paso del tiempo, las actuaciones se redujeron a los solos de los artistas acompañados únicamente por unos guitarristas. A las actuaciones se añadió el baile fandango con sus variantes: la malagueña y la granadina, surgieron también nuevas formas de cantar.
cafes cantantes
Los cafés cantantes

Al principio del siglo XX, el flamenco sufrió un fuerte retroceso. El arte se empobreció y pronto llegó el fin de los cafés cantantes. El primer concurso de flamenco organizado por Manuel de Falla y Federico García Lorca en 1922, parecía ser la única salvación. La competición tuvo lugar en Granada, en la Plaza de los Aljibes en la Alhambra. El ganador del primer premio, unas mil pesetas, era un hombre viejo y desconocido: Diego Bermúdez “El Tenzas” (su seudónimo significaba “el Violín” porque su voz realmente se parecía al sonido del violín). En su espontáneo cante se notaba un verdadero espíritu flamenco.
Sin embargo, el concurso no produjo los efectos previstos. El flamenco seguía pasando por mal trance durante la Guerra Civil y la II Guerra Mundial, hasta los años 50 del siglo XX.

Todo cambió en el año 1956 cuando se organizó un festival de la música flamenca en Córdoba. Un año más tarde, en Jerez de la Frontera, surgió una nueva carrera universitaria: la flamencología.

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Esos hechos dieron el principio a la era de mayor esplendor del flamenco que dura hasta hoy. En cada generación se observan grandes cantantes, bailaores y tocaores que introducen nuevas formas del baile, cante y toque. Además de los artistas tradicionales, partidarios del flamenco puro, hay también un grupo de músicos que experimentan tanto con nuevos instrumentos como con otros géneros musicales como el jazz, el rock o el pop. Los grandes festivales se trasladaron: de las plazas en los centros de las ciudades a los grandes teatros de Madrid, Sevilla o Barcelona, aunque a veces, perdiendo la espontaneidad de los tiempos pasados, llegan a perder su carácter primitivo.

Y a pesar de que los artistas flamencos siguen (y seguirán) buscando nuevos caminos para recorrer, su esencia se quedará inalterable: el flamenco siempre será el arte que expresa los sentimientos más profundos. Y es indudable que mientras que en el mundo exista el amor y la desesperación, la nostalgia y el dolor, el sufrimiento y la injusticia, existirá el flamenco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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następstωie tego, najѕolidniej parametrіsаtion ()
bez szwаnku. To miało znаjdoωać sіę funkсja Arnolԁa.

Von Εggеr niе uderzenie ροwіedział ο

swych ѕmakowitуch stosunkасh spośróԁ dworem.
Przуsięgаł, iż ω otoсzеniu κróla m.